El maestro Valery Gergiev dirige con una energía que corta el aliento... Véalo al frente de la Rotterdam Philharmonic Orchestra, en un programa de música del siglo XX.
La orquesta interpretaba para este concierto los Fragmentos sinfónicos de Debussy extraídos de su Misterio El martirio de San Sebastián, escrito en colaboración con el poeta italiano Gabriele D'Annunzio. Originalmente, la pieza incluía coros, solistas vocales y ballet, pero el fracaso de la creación llevó a Debussy a arreglarla, de manera que la obra se suele interpretar hoy en su versión para orquesta sinfónica.
La Suite escita de Prokófiev es una obra muy importante para Valery Gergiev (ver el documental Valery Gergiev in rehearsal, en Medici.tv). Los escitas eran un pueblo nómada que vivía en una región del Cáucaso, en concreto en Osetia, de la que es originario el propio Gergiev. Los antiguos mitos han convertido a esta población en una especie de tribu sanguinaria, pero gloriosa y extremadamente culta.
El concierto incluía por último los
Fuegos artificiales de Stravinski (una pieza especial para celebrar el matrimonio de la hija de Rimsky-Korsakov) así como su
Concierto para piano, interpretado por el virtuoso georgiano Alexander Toradze, un pianista singular e imponente que se ha especializado en el repertorio ruso. ¡Un programa de gran colorido!