Este documental de tres capítulos narra la historia de Mahler durante el período en el que se encuentra al frente de la Ópera de Viena. En esta ocasión, no hay una imagen novelesca del compositor: el documental sitúa el realismo en el centro de su estética y recurre a numerosas fuentes documentadas, procedentes principalmente de las últimas investigaciones sobre el tema.

Este retrato de Mahler cobra vida a través de los lugares de los que tomó posesión: su despacho en la Ópera de Viena, su podio de director de orquesta, su casa de campo donde componía, y sus objetos fetiches: sus gafas tan características, partituras, manuscritos... Aquí se sugiere la personalidad del músico; solo su voz es interpretada por un actor. Esta película, muy diferente de un documental de ficción, intenta llegar al espíritu de un hombre, no al de un ídolo.