Como en los mejores retratos realizados por Christopher Nupen, esta película mezcla entrevistas, grabaciones de conciertos y ensayos. Se trata de un formidable retorno a los años de formación y a la evolución de una de las carreras musicales más extraordinarias de este siglo.

Itzahk Perlman se ha convertido en una estrella internacional admirada, casi venerada, no solo como intérprete sino también como profesor, guía y amigo de muchos jóvenes artistas a lo largo de los años. Pero la notoriedad de Itzhak supera ampliamente el círculo restringido de los melómanos del mundo: la televisión también se ha enamorado de la personalidad extraordinariamente carismática del violinista, cuando la Casa Blanca lo ha recibido en numerosas ocasiones. También es un importante portavoz de la causa de los discapacitados.

Citando a Christopher Nupen: «Si existe en este mundo una historia del triunfo de la determinación y de la personalidad sobre la adversidad, es la de Itzhak y Toby Perlman» .