Un documental potente y conmovedor sobre la personalidad excepcional de Maya Plisestkaya, la estrella del Bolshói que se enfrentó al régimen con excelencia de su arte.
La vida de Maya Plisestkaya se confunde con la dolorosa historia de la Rusia del siglo XX. Hija de padres de origen judío deportados por el régimen soviético, la joven Maya Plisestkaya es acogida a los trece años por su tía, la bailarina Soulamith Messerer. En 1943, Maya Plisestkaya se incorpora al Bolshói, fecha que marca el inicio de una prestigiosa carrera. Sin embargo, aunque el público la aclama, el régimen la oprime: prohibiciones frecuentes de hacer giras en el extranjero, amenazas a su familia si se pasa a Occidente, obligación de formar parte del Comité Antisionista soviético. Para hacer frente a todas estas pruebas, la prima ballerina assoluta se dedica exclusivamente al baile, medio de lucha y de resistencia personal. Como confiesa en sus memorias: «He vivido para el baile. Nunca he sabido hacer otra cosa. Doy gracias por esta naturaleza gracias a la cual he aguantado, no me he dejado romper, no he capitulado». Mucho más que un modelo artístico, Maya Plisestkaya fue también un modelo de valentía y de voluntad.