documental La Royal Opera House de Londres ya empieza a celebrar el bicentenario de Wagner Musica

“Los elementos básicos de la ópera odio, amor, política, violencia, familia, deber están todos ahí, pero hay más, es incluso más personal con Wagner…”, asegura Antonio Pappano. “¿El ego y cómo el ego es atacado? ¿Y lo que el ego hace cuando es atacado? ¿Se rompe? ¿Se viene abajo? ¿Se eleva? Existe todo eso en El Anillo de los Nibelungos, verlo resulta aterrador”.

“Tengo una gran afinidad con el tercer acto de Las Valquirias, resulta muy difícil la quinta hora de canto, tu estado vocal, mental y físico está a merced de los dioses”, dice Terfel. “Resulta muy emotivo entregar a tu hija y no volverla a ver jamás…Tengo tres hijos ninguna hija así que puedo sentir cómo un padre es torturado y atormentado al final de la ópera”. “El alemán es un idioma que personalmente creo que bromea con la mente: der, die, das, doch, denn, siempre hay deberes: religiosamente, cada noche, tienes que ver qué nota has sacado”.

“Musicalmente estás constantemente en transición, no puedes pasar de cuarta a primera”, explica Pappano. “La música de Wagner tiende a ir siempre a cierta velocidad, o yendo más y más rápido o más y más despacio, creando tensión o liberándola lo que es realmente el gran teatro. Te afecta psicológicamente”.

“Supone una revolución respecto a lo que se pide al público. Definitivamente Wagner vino a cambiar al público. De alguna manera, a purificarlo, a informarle, a agitarlo, a conmoverlo, a meterse bajo su piel. Wagner es un genio enorme, pero desafiante…Alguien que seguro cambia tu vida”.

Nota: En este reportaje se incluyen fragmentos de El anillo de los Nibelungos de Richard Wagner.