«Cuatro óperas, cuatro directores de escena». La Tetralogía de Wagner producida en 1999-2000 en el escenario de la Ópera de Stuttgart bajo la batuta del director austriaco Lothar Zagrosek y filmada en representaciones de 2002-2003 responde a esta audaz idea. Se confío El oro del Rin a Joachim Schlömer, La Valquiria a Christof Nel, Sigfrido a Jossi Wieler y Sergio Morabito, el Crepúsculo de los dioses a Peter Konwitschny.
Después del coreógrafo-bailarín Joachim Schlömer (El oro del Rin), el director de escena de Stuttgart Christof Nel retoma por tanto la puesta en escena de La Valquiria. Un regalo con mucha carga, porque La Valquiria es sin duda la más esperada de las cuatro obras del Ring. Conocido en Francia por haber puesto en escena un oratorio de Haendel con motivo del festival de Aix-en-Provence de 2008, Christof Nel se acordó de su formación de psicoanalista para presentar esta obra maestra de la ambigüedad. Más que la magia y el mito, borrados, subraya las relaciones incestuosas entre Wotan y su hija Brünhilde y los gemelos Siegmund y Sieglinde situándolos en un contexto contemporáneo.
Iconoclasta y singular, esta Tetralogía causó sensación. Es fácil de imaginar al ver La Valquiria, que trastorna toda la imaginería mágica y mitológica. Entre los cantantes, todos de muy buen nivel, cabe destacar la presencia de Angela Denoke (Sieglinde), que más tarde triunfará en los escenarios internacionales. Al atril, Lothar Zagrosek convence por su fogosidad y su lirismo: la humanidad estaba, esa noche, en el foso de la orquesta.