Sin lugar a dudas, son los principales arquitectos del imaginario colectivo de nuestra época, y, a pesar de todo, sus obras se siguen considerando difíciles: una película de Christopher Nupen sobre los trabajos e ideas de Schoenberg y Wittgenstein, que, cada uno a su manera, han cambiado el curso del pensamiento europeo.
A fines del siglo XIX, Viena era el escenario de la intelectualidad y de la efervescencia artística más intensa. Personalidades como Robert Musil, Georg Trakl, Otto Wagner y Adolf Loos, Gustav Klimt, Egon Schiele y Oscar Kokoshka, Sigmund Freud, Gustav Mahler, Arnold Schoenberg o Ludwig Wittgenstein se movían en este entorno.
Schoenberg, el compositor y Wittgenstein, el filósofo (autor del famoso Tractatus Logico Philosophicus), eran perfectamente contemporáneos e incluso compartían amigos entre la élite de Viena. Y sin embargo, los dos hombres nunca se conocieron. Christopher Nupen vincula a estas dos destacadas figuras de la historia europea y muestra hasta qué punto sus respectivas obras comparten una ética común, hasta el punto de que sus trabajos evolucionaron en una misma dirección más o menos en el mismo momento.