En esta master class, Yvonne Loriod rememora su trayectoria musical, su encuentro con Olivier Messiaen y la influencia mutua que los une, compartiendo al mismo tiempo su experiencia en repertorios pianísticos clásicos, románticos y contemporáneos con sus alumnos.
Un joven toca ante una elegante mujer en la flor de la edad bajo la severa mirada de un juez que a veces sumerge sus ojos en una partitura amarillenta abierta sobre sus rodillas. La cámara sigue amorosamente los meandros de la música que se detienen en los cristales de la iglesia, el rostro torturado de Cristo o las largas manos del artista. ¿Quién habría pensado en 1990 que Nicholas Angelich se convertiría en uno de los pianistas más famosos del mundo, excepto Yvonne Loriod, de la que todavía era alumno? François Manceaux abre esta clase con un plano-secuencia vertiginoso. Angelich toca «Por él todo ha sido hecho», sexta parte de las Veinte miradas sobre el Niño Jesús de Olivier Messiaen. El ilustre compositor había advertido: «¡Es la película de Yvonne Loriod! Yo solo seré testigo». Aquí lo vemos impasible, la mirada en el más allá, pero no podrá evitar dar una breve lección de análisis musical y recordar que el hombre moderno ignora a Dios y a sus mensajeros los pájaros.
