“Los bandidos son forajidos, criminales que viven fuera de la ley y el orden… dice el director de escena Gabriele Lavia. Además son los jóvenes que no ven ningún futuro para ellos.” Esta ópera, melodrama en cuatro actos que no se ha representado en Nápoles durante décadas, trata además problemáticas de actualidad : la rebeldía de los jóvenes o la desazón del ser humano ante “las flechas de la atroz fortuna”, tal como diría Hamlet ante su dilema existencial.
Compleja y rica a nivel musical, la ópera Los Bandidos tiene un inicio extraordinario como confirma el director musical del San Carlos, Nicola Luisotti : “Me parece súmamente interesante el Preludio con el solo de violonchelo. Un instrumento solista sugiere que cada personaje en esta ópera está completamente solo, nadie ama a nadie, y todos se odian… la tragedia viene por una falta de comunicación, y toda la música refleja esta soledad.”
La actualidad de la ópera se hace eco en la famosa romanza que canta Carlo, el antihéroe, según recita Gabriele Lavia, siguiendo el texto original del melodrama : “Me siento encadenado por el mal, siento como si la tierra, mi propia patria y mi mundo me rechazaran, incluso Dios me ignora…” Y prosigue en su comentario sobre la actualidad de la obra: “Estas palabras que pueden leerse en los muros de cualquier subterráneo lleno de graffitis en Nueva York, Roma o Nápoles, donde un joven lleno de rabia y dolor puede expresar su deseo de libertad, la libertad entendida como el desmantelamiento de todas las barreras y límites, mientras que la libertad por definición tiene que ver con los límites y los confines.”
Los Bandidos es una tragedia que a pesar de ser tan cruel, está repleta de arias, coros, duetos y cuartetos, en la más auténtica tradición operística italiana.
“La música es una de las principales riquezas de Italia, tenemos una mina de diamantes llamada Ópera, que se canta desde Groenlandia a Nueva Zelanda, pasando por las Islas Fiji y hasta Ulan Bator… asegura Nicola Luisotti. En todo el mundo se canta la ópera italiana… y todavía a veces se la menosprecia como algo anticuado; pero la ópera no es algo del pasado, ¡es de nuestros días! El Teatro de San Carlos representa lo mejor de la Historia de Italia, real, profunda, un auténtica belleza, que tiene sus raíces en nuestra cultura y nuestra arte. ¡El melodrama somos nosotros!”