Cuando Serguéi Rajmáninov escribió sus Variaciones sobre un tema de Corelli, no había publicado nada para el piano en más de una década. Era 1931 y —aunque el compositor viviría todavía doce años más— esta sería su última obra para piano solo; una partitura temperamental e introspectiva que refleja la melancolía que impregnó su vida y su carrera.

Vladimir Ashkenazy, intérprete consumado de Rajmáninov, conoce al compositor como quizá nadie más; además, ha difundido su obra incansablemente, haciéndola llegar cada vez más a un público más amplio. Como introducción al recital grabado por Christopher Nupen, el pianista presenta las Variaciones sobre un tema de Corelli, op. 42 con elocuencia y sustancia. Situándola en el contexto de la creación de Rajmáninov, Ashkenazy destaca las cualidades musicales que hacen de la obra una de las más reveladoras e íntimas del repertorio. Su interpretación captada aquí desde Lugano, Suiza, reafirma lo explicado, gracias a sus capacidades técnicas, casi inconcebibles, y a un refinamiento artístico que lo ha caracterizado durante décadas.