En medio de los Highlands Escoceses del siglo XI, Macbeth, primo del rey Duncan, y Banquo, amigo de Macbeth, se reúnen con una asamblea de brujas que anuncian a Macbeth su próxima accesión al trono. Macbeth planea entonces, bajo la influencia de su esposa, el asesinato del rey. Sin embargo, Lady Macbeth, al constatar la vacilación de su marido en llevar a cabo este acto criminal, se apodera de la daga y comete el regicidio con sus propias manos. La pareja asesina se ve entonces atrapada en un engranaje mortífero para asegurarse la posición usurpada, un engranaje que Verdi describió magistralmente gracias a una partitura cuya tensión dramática ininterrumpida subyace a una acción escénica que se precipita inexorablemente hacia un final fatal.

Ópera Romántica por excelencia con sus elementos fantásticos y su anclaje en una Edad Media idealizada, Macbeth es la primera adaptación de Verdi a la ópera de una obra de Shakespeare, a la que seguirán Otelo, Falstaff y un Rey Lear inacabado. Aunque Macbeth goza desde su primera representación en 1847 de una acogida muy favorable por parte del público, Verdi modificó la partitura en 1865 para adaptarla a los gustos del público parisino. Esta es la versión que nos presenta aquí Luca Ranconi, cuya sobria puesta en escena, ahogada en la oscuridad, nos sumerge en lo más profundo de la oscura psicología de la pareja Macbeth consumida por la codicia del poder. Acompañado por la enérgica dirección de Giuseppe Sinopoli al frente de la Deutsche Oper Berlin, Renato Bruson encarna majestuosamente un Macbeth roído por la culpa y da la réplica a la sobrecogedora Mara Zampieri (Lady Macbeth) en esta caída ineludible en la paranoia y la locura.