Al final de este concierto, en cuanto baja la batuta, Claudio Abbado introduce su lectura de la Segunda Sinfonía de Mahler en la leyenda. Un hilo invisible conecta a Claudio Abbado con la segunda sinfonía, «Resurrección», de Mahler. Con esta obra se estrena frente a la London Symphony Orchestra y la Wiener Philharmoniker en Salzburgo a la edad de treinta y dos años; es la que elige en agosto de 2003 en Lucerna, con la nueva orquesta que ha contribuido a recuperar, la Lucerne Festival Orchestra.
Un italiano lo resucitó, un italiano le dio vida: Arturo Toscanini, que había fundado en 1938 el Festival de Lucerna para competir con Salzburgo, dotó a la manifestación de una orquesta que tocó bajo la dirección de los más grandes directores de orquesta. Relegada al olvido en los años noventa, la nueva orquesta del Festival de Lucerna resurge en agosto de 2003, como el fénix de sus cenizas, bajo la batuta mágica de Claudio Abbado.
Ensayo sobre Gustav Mahler, de y con Leonard Be...
Toscanini, Furtwängler, Karajan, Menuhin, Abbado